“Un buen libro, Marcus, es un libro que uno se arrepiente de terminar” Jöel Dicker (La verdad sobre el caso de Harry Quebert)
Y yo diría aún más: un buen libro es también áquel que un lector se arrepiente de finalizarlo deprisa, pese a ser consciente de haber ido devorando cada una sus páginas sin piedad, sin pausa, sin tregua hasta el punto de darse cuenta que tras la última línea le gustaría releerlo y empezar de nuevo quizás con menos ímpetu, más lentamente.
Ahora que he terminado la primera novela publicada de Jöel Dicker (antes escribió otras esos que nadie quiso editar), La verdad sobre el caso de Harry Quebert pienso que me hubiera gustado ir algo más despacio. Sin querer descubrir tan pronto los enigmas ni desear llegar tanto al final, sino más bien avanzar degustando cada pincelada de los personajes, cada descubrimiento. Pero, en fin, el autor quiso que fuera así. Dicker fue quien le imprimió un ritmo trepidante, una vuelta de tuerca cada vez más retorcida que hace que el lector se quedé hipnotizado en sus hojas.
La fórmula magistral de Joel Dicker
Destaco, sobre todo, su estructura más que la trama. El asunto es manido: un asesinato. Una joven que desaparece y al cabo de los años hallan su cadáver inesperadamente, sin embargo la fórmula técnica que utiliza Dicker para plantear los posibles sospechosos y hallar al culpable definitivo es digna de matrícula de honor.
Un libro ambicioso y complejo que se lee como el cuento de “La Caperucita” y eso es siempre síntoma de magistralidad. Alternando las personas narrativas y el punto de vista, Dicker consigue gracias a los saltos temporales, atrapar al lector para que nunca deje de leer. Lo mismo le da da usar al narrador omnisciente para la tercera persona, como la primera persona enfocada bajo el prisma de Marcus o de su profesor Harry Quebert o de cualquier otro personaje, para situarlo en el presente o en el pasado.
Consejos literarios de Dicker
Todos esos cambios solo lo puede hacer un gran escritor. Enhorabuena.♥️ ¡Qué gran inversion de tiempo! Y si a eso, se suman los valiosísimos consejos literarios que ofrece entre líneas para que los novatos en estas lindes vayamos aprendiendo, ya ni os cuento…